4 octubre, 2018
Carrie Bencardino estará exponiendo dibujos inéditos en casa Brandon. Acariciará esos trazos la música de la increíble Jaz Pimentel.
Hay algo nostálgico en la necesidad de traspasar imágenes a un dibujo. Los seres trazados en esta muestra surgen del vasto campo de imágenes proveído por el siglo XXI: fotos de celular, capturas de videos porno, retratos de extrañes sacados de Internet, fotografía de moda. Estos registros son intervenidos, muchas veces combinados para formar un nuevo ser. El dibujo brinda a aquella imagen funcional a un sistema heteronormado y patriarcal la posibilidad de transformarse en algo nuevo, de hacer al ser representado protagonista de una nueva libertad. Cuerpxs y rostros son liberadxs del estereotipo opresor, para comulgar con su propia naturaleza poética.
Mucho de lo perdido en este proceso es suplantado por nuevos elementos, ninguna imagen es cien por ciento fiel a su fuente original. La hoja en blanco propone límites infinitos, pero basta una flor en aquel lugar donde habría una mano cerrada para que la pérdida se transforme en un nuevo principio.
Estamos en una era engranaje para la libertad de lxs cuerpxs. Somos la juventud maldita que creció con la melancolía propia de una era sobrecargada de información, artífice de las más tempranas neurosis surgidas en el intento de conservar la individualidad y dejar una huella en un mundo en el cual todo pareciera estar hecho. Pero pertenecemos a Latinoamérica, un continente cuyas cicatrices nunca desaparecerán, llevamos el espíritu de la resistencia dentro nuestro. Nuestras corporalidades son campos de batalla. Dialogamos con el alud visual que nos rodea digiriéndolo y expulsándolo resignificado.
No todo lo que esta perdido se extraña, de la misma forma que no todo tiempo pasado fue mejor.