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“TOMÉ UNAS TIJERAS”

Inaugura: miércoles 6 de diciembre, 20hs.
Cierra: Domingo 25 de febrero.

Horarios de visita: de miércoles a domingos de 20hs a 24hs.

El entorno contemporáneo como un tsunami de imágenes. El Dadaísmo como antecedente. La mujer del siglo XXI. El Constructivismo soviético de la revolución rusa. La irrupción de la cultura digital. El exilio de los padres de la artista en los 70. El diseño gráfico. Las luces y las sombras de la ilustración. Un taller de dibujo en el lejano 2004. Una personalidad aguerrida. La maternidad. La escritura.
Y muchas cosas más.
Para hablar sobre los talentosos trabajos de Florencia acaso debería componer todos los asuntos arriba mencionados y entonces armar un collage más para esta, su primer muestra individual. Creo que no es necesario. Creo que las obras de FG tienen la suficiente autonomía y contundencia para hablar sobre sí mismas o mejor aún sobre este enloquecido mundo que nos toca vivir hoy.
Me limito a contar algo de la historia compartida e intentar alguna reflexión sobre la naturaleza del lenguaje artístico que FG participa, recrea y recorre.
Florencia formó parte en uno de los talleres de dibujo que organicé entre el 2003 y el 2005 en la calle Newbery. Eran experiencias intensas que sucedieron en un contexto de gran creatividad política y social después de la estrepitosa caída de la convertibilidad. Recuerdo a una Flor muy joven y muy decidida en sus actos, particularmente en la manera de exponer sus ideas. En los años siguientes nos vimos ocasionalmente, sostuvimos una que otra polémica en Facebook y me enteré que también se había dedicado a la escritura. Cuando me pidió este texto me dediqué a ver su gran producción visual y me impresionó muchísimo su estilo y profesionalismo. Obviamente no sólo a mí, pues ya se escribieron sobre ella notas laudatorias y ha recibido algunos premios. Personalmente me gratifica ese reconocimiento, pues comparto con ella el territorio anfibio y contradictorio, que existe entre el arte puro y la industria editorial y no siempre se valora lo suficiente el difícil camino que quisimos, o pudimos elegir. A la vez creo que existe una tensión muy fuerte entre la construcción de una poética personal y las demandas narrativas de la ilustración que “debe” acompañar a un texto, que por lo pronto, puede interesarnos o no como creadores. No es un tema nuevo y estuvo presente en la historia del arte desde el Renacimiento a nuestros días. Pero lo cierto es que a medida que los medios de información cobran poder y relevancia en nuestras sociedades, pensarnos como artistas/bacterias que trabajamos en el intestino del monstruo mediático resulta cada vez más paradójico. Pero vuelvo al tema de la contradicción entre la creación “libre” y el encargo. Escuché a muchos artistas visuales, pero también músicos, ponderar las ventajas de tener que ejercer la creatividad con limitaciones de diversa especie: plazos, temas, tamaño, etc. Ese enfoque es interesante. Hay otros. El de la masividad que se logra en este tipo de obra y soporte. Por ejemplo es muy probable que uno solo de los collages publicado por Florencia haya sido visto por un numero mayor de personas de las que van a asistir a esta y a sus próximas diez exposiciones. Paradojas. Como sea, el lenguaje de las galerías nos propone desafíos y posibilidades que el más masivo de los medios no brinda. La intimidad de la reacción de un observador, la mística de la apreciación del aura de la obra original, la acción del gesto contemplativo e inclusive la bendición de alguna venta (disculpen si me pongo algo místico).
Como sea, bienvenida Florencia al club de los artistas “raros” y agradezco el honor de que me hayas pedido estas palabras, que ojalá sean de tu agrado y que le agreguen alguna pista al mapa del tesoro.

Martín Kovensky
La Cumbre, noviembre de 2017.

Horarios de visita: de miércoles a domingos de 20hs a 24hs.